ESCUELAS PARA UNA SANA CONVIVENCIA
¡Qué momento tan complejo estamos viviendo! Parece ser que la violencia se apodera del espacio público y de las escuelas. ¿Cómo podemos salir de esta espiral negativa?
Lo primero que hay que decir es que tenemos que buscar la forma de recuperar o sostener la esperanza en lo que puede hacer la escuela. Es cierto, hay problemas, pero también es cierto que la gran mayoría de estudiantes, docentes y familias, tienen un comportamiento pacífico, adecuado, respetan las normas y la institucionalidad. Ahí hay una riqueza de recursos personales que podemos aprovechar.
Luego, entendiendo que las causas de la violencia son múltiples y complejas, compartimos un foco que aborda el estudio de los ambientes que favorecen la violencia v/s los ambientes que favorecen el comportamiento pro social y la adecuada internalización de normas en las comunidades escolares. Esto es relevante, tanto para hacer un diagnóstico honesto sobre cómo está el ambiente en la escuela, así como para hacer mejoras en esos factores que previenen la violencia en cualquiera de sus formas.
Los ambientes que promueven el buen trato, la sana convivencia y la resolución pacífica de conflictos se caracterizan por 3 elementos (Deci y Ryan, 2017). Primero, promueven la autonomía, entendida como la capacidad de tomar decisiones por uno mismo y la propia regulación del comportamiento. Segundo, promueven vínculos positivos, que facilitan el sentido de pertenencia y la capacidad de contribuir. Tercero, fortalecen el sentido de competencia, es decir, la percepción de que se tienen las competencias para ser eficaces en los aspectos relevantes para la persona.
Si en tu escuela han habido manifestaciones de la violencia, ya sea por casos de bullying, protestas violentas, agresiones, etc. Antes de tomar decisiones y ejecutar acciones tales como capacitaciones, jornadas, charlas, etc., te recomendamos reflexionar e indagar, en todos los estamentos. Entender qué factores del ambiente, que son finalmente los que los adultos de la escuela pueden modificar, contribuyen o previenen la violencia. No mires sólo lo negativo, también indaga cómo, cuándo y por qué, los estudiantes se muestran cooperadores, participativos y autorregulados.
Presentamos una rúbrica que puede servir para reflexionar y evaluar aspectos específicos que facilitan la autonomía, los vínculos positivos y el sentido de pertenencia en una cultura escolar. Ojalá que la contesten directivos, docentes, funcionarios, apoderados y estudiantes.
Descárgala Aquí:
Si quieres una asesoría para la sana convivencia contáctanos para contarte sobre nuestra metodología de intervención.
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